ANALIZAN PANORAMA DE EDUCACIÓN PARA LA NIÑEZ JORNALERA

“LOS CENTROS EDUCATIVOS A LOS QUE ACUDE LA NIÑEZ MIGRANTE, REQUIEREN APORTAR ELEMENTOS QUE IMPACTEN EN SU CALIDAD DE VIDA, MÁS ALLÁ DE ENSEÑARLES A LEER, A ESCRIBIR, O A HACER OPERACIONES MATEMÁTICAS”: ESTEBAN GARCÍA.

Como parte de las acciones del Programa de Atención a Jornaleros Agrícolas Migrantes (Projam), este jueves 9 de agosto, Esteban García Hernández, impartió la conferencia “Educación para niñas, niños y adolescentes de familias jornaleras agrícolas migrantes”, en el salón de plenos de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social.

A través del Sistema Estatal de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes (Sipinna), se pretende sensibilizar a las y los funcionarios de este mecanismo de trabajo interinstitucional, en el tema de la educación migrante, para garantizar el derecho de la niñez a su formación académica.

El maestro García Hernández, habló al inicio de su exposición sobre la cobertura educativa en México y la educación como un derecho universal, enfatizando que a nivel primaria, no existe cobertura suficiente, lo que disminuye las posibilidades de niñas y niños, de permanencia en las escuelas y de continuar su trayecto en la educación obligatoria.

Refirió que algunos de los programas educativos que buscan atender a los grupos en situación de vulnerabilidad, generalmente carecen de una propuesta pedagógica pertinente; asimismo, dijo, el profesorado trabaja en condiciones inadecuadas ante la falta de recursos y de conocimientos.

Por ello, es necesario destinar el presupuesto suficiente para actualizar los contenidos, capacitar al profesorado, elaborar materiales didácticos que atiendan la pertinencia cultural, además de crear redes de apoyo para una atención integral del alumnado.

“Chihuahua cuenta con primeros lugares en diversas producciones agrícolas, pero se desconoce la importancia de la labor de las jornaleras y jornaleros, lo que tendría que retribuirseles en cuestiones de servicios de salud o educativos”, expresó García Hernández, quien consideró que se deben implementar modelos de atención dirigidos a las comunidades jornaleras, ya que en su entorno, se presenta más de una problemática.

Afirmó que los centros educativos a los que acude la niñez migrante, requieren aportar elementos que impacten en su calidad de vida, más allá de enseñarles a leer, a escribir o a hacer operaciones matemáticas.

Indicó que cuando un niño o niña migrante asiste a la escuela, se generan oportunidades para ese infante y su familia, pues en principio, dijo, aprenden el español y se vinculan con los bienes y servicios de las comunidades, pero principalmente, conocen y hacen respetar sus derechos.

“Se les debe empoderar a través de la educación, porque al crecer, sabrán cómo desarrollar un trabajo, es por esto que los productores también deben ser sensibles para fomentar la educación entre las hijas e hijos de sus colaboradores, pues a futuro, serán quienes trabajen la tierra, con mejores habilidades”, agregó.

Finalmente, el experto en educación migrante, señaló que no existe certeza de cuál es la población total de niñas y niños de las comunidades jornaleras que no acuden a la escuela, pues es un dato difícil de obtener. “Sabemos que en promedio se atienden hasta mil 300 por año en los centros educativos para migrantes, pero no lo hacen de forma regular”, concluyó García Hernández.

Por: Manuel Chaquiroff

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