Los Gladiadores pusieron contra las cuerdas a una potencia mundial. Pero de manera increíble, el equipo argentino masculino de handball dejó pasar una inmejorable chance de conseguir su primera victoria en los Juegos Olímpicos. En el cierre del partido, Croacia, dos veces oro y ganador del bronce en Londres 2012, se impuso por 27-26 en un final de película.
El equipo de Eduardo Gallardo hizo un gran partido ante uno de los mejores del grupo A que integra Argentina. Con Federico Fernández y Fede Pizarro encendidos, el conjunto que venía de caer decorosamente ante Dinamarca en el debut, logró en un tiempo mantenerse arriba ante un Croacia desorientado. El goleo de sus figuras, más una sólida defensa le dio a los de Dady la ventaja de 15-14 al final del primer tiempo.
En el segundo, Croacia logró dar vuelta el partido, pero nunca pudo despegarse gracias al buen trabajo argentino, que pudo empatarlo a diez minutos del final. Tras una asistencia de Fede Fernández y un gol de Pablo Simonet, el partido quedó 24 iguales.
La definición sería apasionante. Pizarro puso al frente al seleccionado nacional, pero Manuel Strlek e Ivan Cupic volvieron a dar vuelta el marcador a solo dos minutos para el final. Pablo Simonet volvió a empatarlo con una rosca impresionante unos segundos más tarde. Y Croacia quiso tener la última para ganarlo.
Con apenas 53 segundos en el reloj, Matías Schultz se vistió de héroe y le tapó el disparo a Luka Stepancic. Y con la pelota en manos de Argentina, tras un tiempo muerto, el encuentro quedó a tiro de ser inolvidable para una selección a la que le sobra garra.
Pero en los últimos 30 segundos, los Gladiadores hicieron todo mal. Pizarro perdió la pelota al querer habilitar a Pablo Portela y en el intento de contra de los croatas, el árbitro vio una fuerte falta del propio Portela que lo obligó a cobrar penal para los europeos y a expulsar al jugador argentino. Increíblemente, de tener la chance de ganar, Argentina pasó a depender de su arquero Fernando García para no perder.
Y el dueño del arco no pudo hacer el milagro. Domagoj Duvnjak convirtió el 27-26 y enterró la ilusión de un equipo que había hecho casi todo para ganar. Ahora, los Gladiadores tendrán que buscar la revancha el próximo jueves ante Francia, otra potencia.
